-Señoras y señores-dijo el capitán
con una voz baja, lenta, un poco cansada-, tienen cinco minutos para retirarse.
La rechifla y los gritos redoblados
ahogaron el toque de clarín que anuncio el principio del plazo. Nadie se movió.
-Han pasado cinco minutos dijo- el
capitán en el mismo tono-.Un minuto mas y se hará fuego. José Arcadio Segundo, sudando
hielo, se bajó al niño de los hombros y se lo entrego a la mujer. “Estos
cabrones son capaces de disparar”, murmuró ella. José Arcadio Segundo no tuvo
tiempo de hablar, porque al instante reconoció la voz ronca del coronel Gavilán
haciéndoles eco con un grito a las palabras de la mujer. Embriagado por la
tensión, por la maravillosa profundidad del silencio y, además, convencido de
que nadie haría mover a aquella muchedumbre pasmada por la fascinación de la
muerte, José Arcadio Segundo se empinó por encima de las cabezas que tenia en
frente y por primera vez en su vida levantó la voz.
-¡CABRONES! –GRITO-. LES REGALAMOS EL MINUTO QUE FALTA.
Gabriel García Márquez. Cien años de Soledad
Gabriel García Márquez. Cien años de Soledad
Solo en Colombia suceden hechos que
por su inverosimilitud perecieran ser extraidos de los relatos mágicos y mentes
brillantes como la de Gabriel García Márquez, por desgracia la inverosimilitud
en nuestro país es el medidor de nuestra propia realidad.
El día de hoy las comunidades
campesinas del Norte de Santander y la región del Catatumbo completan trece días
movilizados, exigiéndole al gobierno nacional, que cumpla la ley 160 de 1994,
que faculta a las comunidades rurales y campesinas, crear y solicitar mediante
el ejercicio de su autonomía cultural y territorial la constitución de una Zona
de Reserva Campesina para el desarrollo social y cultural de los
labriegos de la región.
Son mas de diez mil manifestantes
los que se han concentrado en los municipios de Tibú y Ocaña exigiendo al
Gobierno Nacional solución a sus demandas, entre ellas la constitución de la
ZRC y concertar con las mismas comunidades
de qué forma se realizará la sustitución de cultivos que las mismas comunidades
proponen en el Plan de Desarrollo Sostenible para la constitución de la Zona de
Reserva Campesina del Catatumbo, este
plan de desarrollo, no salió de las oficinas de cualquier abogado o legista tinterillo, es la propuesta social de
los campesinos del Catatumbo que mediante
el ejercicio democrático y su legitima aspiración de vivir en paz construyen
sus planes de vida, exigiendo el reconocimiento a su condición social y
política.
Ante la manifestación pacifica y
multitudinaria de los campesinos, la respuesta del estado no ha sido distinta a
la que se práctica desde el gobierno de
Miguel Abadía Méndez -y quizá mucho antes- cuando el 6 de Diciembre de 1928
ordenó al General Cortez Vargas, abrir fuego contra la manifestación de
trabajadores y campesinos que protestaba contra la empresa United Fruit Company,
en el municipio de Ciénaga en el Magdalena, o la respuesta del exmandatario
Guillermo León Valencia a la resistencia campesina del sur del Tolima en Junio
de 1964.
Esta respuesta seguida del
señalamiento, la estigmatización y la falsificación de los hechos por parte de las autoridades militares ha dado
como resultado el asesinato de dos campesinos y heridas a decena de
manifestantes.
En ese orden de ideas, El
Observatorio Socio-ambiental de la Provincia de los Nevados se solidariza con el
movimiento campesino del Catatumbo.
Y exige al gobierno nacional que:
Cese inmediatamente las acciones
criminales que la policía, el ESMAD y el
ejercito nacional ejecutan contra la población civil y los manifestantes de la
región.
Se siente en la mesa de interlocución
propuesta atendiendo el pliego de peticiones de los campesinos movilizados donde
NO participen las fuerzas armadas, ya que son ellas mediante el terrorismo de
estado las que han reprimido históricamente las legítimas aspiraciones de los
campesinos del Catatumbo y en este caso la movilización campesina.
Respete las decisiones democráticas
de los campesinos de la región que se levantan por la Constitución de la Zona
de reserva Campesina y.
Abandone la pretensión de instaurar
una zona de consolidación, donde el ejército asumiría las labores civiles de administración
del territorio en una especie de estado militar.
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